Inspecciones regulares: controles de rutina para garantizar que todas las partes de las grúas estén en buenas condiciones de funcionamiento.
Límites de carga: Nunca exceder la capacidad de elevación nominal de la grúa.
Estabilidad: Asegurarse de que la grúa esté sobre terreno estable o debidamente asegurada.
Comunicación clara: uso de señales y herramientas de comunicación entre operadores y personal de tierra.